Intentar explicar la relevancia de esta nota, de modo que sea fácil de comprender, nos lleva a hacer uso de la mejor herramienta; el ejemplo.
Supongamos que el lector o la lectora cumple con alguno de estos dos supuestos: 1- Es un viejo habitante de Yerba Buena (nacido y criado como les gusta llamarse) o 2- Es un vecino que eligió hace unos pocos años, trasladarse desde otra localidad o simplemente eligió un terreno en particular para construir su vivienda, invirtiendo dinero y expectativas de lograr una mejor calidad de vida.
Supongamos entonces que a un «inversor x«, se le ocurre poner sus billetes en el terreno de al lado de la casa de los vecinos 1 y 2. Dicho inversor tiene por idea montar en el caso 1, un complejo de edificios de cuatro pisos y un centro comercial y en el caso 2, diez canchas de fútbol 7 con su respectiva cervecería. Se nos ocurre plantear el caso de una distribuidora de garrafas, pero lo descartemos, solo lo tengamos en mente.
Resulta que el emprendedor tiene «amigos» en el poder local y decide convencer a otros cinco tipos que levantan la mano, que le otorguen una autorización para hacer lo suyo y aprobar ambos emprendimientos, aún a sabiendas de que no puede hacerse según normas vigentes.
Es justamente en estos casos en donde surge una puja de intereses, entre los vecinos 1 y 2 contra el emprendedor y sus amigos, que dicho sea de paso, ninguno es especialista en urbanismo, tránsito, etc. Más aún, algunos acaban de asumir y todavía no se aprendieron el reglamento del Órgano que integran: El Honorable Concejo Deliberante de Yerba Buena.
Para ello es que esta bendita ciudad, como en todos los municipios, cuentan con lo que en este caso se denomina COU (Código de Ordenamiento Urbano) y que establece taxativamente en qué lugares de Yerba Buena se puede hacer qué y cómo e inclusive, indica sin dejar lugar a dudas qué es lo que no se puede hacer.
También existen ciertas facultades que poseen estos diez señores llamados Concejales, que le permite de manera muy ambigua y discrecional, decidir otorgar una «EXCEPCIÓN» a quienes incumplen con el COU. Sería como que a su vecino lo dejen andar sin casco en su moto y a usted no. ¿Por qué? Porque su vecino «convenció» a siete amigos concejales (Argiró, Aranda, Apud, Casanova, Cisneros, Macome y Rojas; como en el caso que trataremos) que le otorguen un permiso o privilegio para violar lo que las Ordenanzas mandan, mientras a usted se lo niegan. ¿Por qué? ¡Porque sí. punto!.
Es esto o algo muy similar, lo que acaba de suceder en al Concejo Deliberante de Yerba Buena mientras usted debatía sobre si reservar o no algún paquete turístico o peleaba para poner algo más o menos pagable en el carrito del Supermercado.
El 21 de Noviembre los concejales de Yerba Buena sesionaron, el tema central fue propuesto «sobre tablas» (eso significa que no fue tratado en las comisiones respectivas y literalmente «saltó» sobre todo el sistema administrativo, para ponerlo a consideración y voto de los concejales en la misma sesión.
Asunto: Otorgarle a un empresario y desarrollador inmobiliario una suerte de «permiso» para eludir simultáneamente Ordenanzas vigentes e iniciar las obras en un predio ubicado en calles San Martín y La Paz. Eso es lo que se denomina «Excepción«.
El «padrino del empresario Luis Fernando Ruiz, era nada menos que el Presidente de la Comisión de Obras y Servicios Públicos, el concejal José Macome (ex corredor inmobiliario). Se aconseja leer esta nota, en la cual señalábamos la incompatibilidad moral de Macome para ejercer la presidencia de esa comisión, habida cuenta de su actividad en el rubro inmobiliario. VER NOTA (Click en letra azul para acceder).
Estos son los temas que trataron, según el Decreto Nº 499:
Las denominadas «sesiones especiales» se suponen que son para tratar temas de orden institucional que requieren urgencia. Incluye también temas como desastres naturales y todo aquello que amerite convocar a sesión por fuera del período de sesiones ordinarias.
Para los concejales Macome, Argiró, Aranda, Apud, Casanova, Cisneros y Rojas, era importantísimo y urgente darle vía libre al empresario constructor Luis F. Ruiz, para que eche a andar su proyecto inmobiliario en un predio de calle San Martín y La Paz, otorgándole una «factibilidad«, que le concede derechos excepcionales al empresario para eludir ordenanzas vigentes y que hasta podría demandar al municipio si es que luego no se le deja avanzar en la obra. En Yerba Buena, la excepción es la regla.
Unos días más tarde y mientras usted salía de compras para acompañar a Papá Noel a buscar el mejor regalito para sus seres queridos, el Concejo Deliberante de Yerba Buena consideró que era impostergable volver a sesionar. Había algunas cosas que «ajustar«.
El día 19 de Diciembre por la mañana, los concejales habían previsto hacer el «gran esfuerzo de trabajar por usted» e intentaron sesionar. Fue ahí que algún pícaro arrojó una bomba de humo o insecticida (vaya paradoja) en el salón de sesiones; la misma no se realizó, «cayó» (así se dice) pero como los concejales afines al intendente Mariano Campero (un Busista entre ellos), tenían «tantas ganas de trabajar«, esperaron unas horas y sesionaron no más luego de las hs. 13.00.
Así surgió el Decreto Nº 531. Los temas a tratar eran, según la Orden del Día, los siguientes.
Este proyecto inmobiliario tiene otorgada por Campero y sus concejales, no una excepción, sino varias. a) Se le otorga una «factibilidad», lo cual ya le da derechos al mismo para avanzar en las obras. b) Se le permite continuar a pesar de carecer de dos trámites indispensables: 1) Certificado de no inundabilidad. 2) Certificado de impacto ambiental. c) Se le permite «sobreconstruir» sin respetar la distancia entre la línea municipal y la construcción en sí. d) Se le permite ocupar casi la totalidad del terreno en cuestión, en el que nacerán 40 departamentos, 20 locales y 60 cocheras. Ni hablar de «pulmón de manzana» ni otras molestas obligaciones acordes a la normativa vigente.
Como «devolución de gentilezas«, el desarrollador inmobiliario Luis F. Ruiz, tendrá la bondad de construir cordón cuneta sobre calle La Paz, colindante a su proyecto. Además construirá el techo de un incierto futuro edificio en donde funcionaría un nuevo Concejo Deliberante. (¿?). Esta suerte de «coimas institucionales» o devolución de atenciones por excepciones recibidas, ya son un clásico de la administración de Mariano Campero. Recuérdese el famoso tema del convenio por la Concesionaria de Alperovich en la Av. Pte. Perón.
Lo cierto es que los concejales de Campero, que literalmente arrasaron en las elecciones de 2019 en Yerba Buena, se abocaron a dar un tratamiento «express» a unos cuantos temas que requerían de todo,menos de urgencia, previo a salir de vacaciones (recordamos que los concejales tienen que solicitar permiso para ausentarse de la provincia), cosa que cumplieron en la misma sesión en donde otorgaron privilegios a un para de empresarios amigos del poder.
Como era previsible y pensando en los intereses de los vecinos de Yerba Buena, dejaron la «mesa tendida» para avanzar con un «jugoso» negocio. Implementar el Estacionamiento Pago en el municipio. Total, el bolsillo de los vecinos parece no tener fondo, según la administración Campero.
Hace unos días se compartió en grupos de Facebook, una publicación de autoría poco definida, que mostraba la foto de los concejales que aprobaron este verdadero, bodrio que provocará un caos en la zona de la ya complicadísima zona de calle San Martín, que entre otras cosas carece en su mayor parte de veredas.
En dicha publicación literalmente se escracha a los concejales acusándolos de recibir enormes beneficios en forma de «coima» por aprobar este desarrollo inmobiliario.
Repudiamos enfáticamente este tipo de publicaciones y acusaciones infundadas. Eso sí muchachos, no le tomen el pelo a los vecinos de Yerba Buena. Lo que hicieron es un mamarracho…
Siete tipos, de los cuales tres acaban de asumir sin experiencia alguna, no pueden decidir de manera arbitraria y prescindiendo de toda Ordenanza y reglamentación vigente; perjudicando a miles de vecinos y aprobando un proyecto «entre gallos y medianoche«, que profundizará los problemas de tránsito, disposición de recursos y servicios, etc. sin que los equipos técnicos y las reparticiones pertinentes, evalúen el mismo.
Los concejales peronistas:
Marcelo Albaca: Manifestó a este medio que se abstuvo de votar al respecto por amistad conocida con el emprendedor en cuestión.
Alejandro Sangenis: Efectuó duros cuestionamientos por cuestiones de forma y fondo del emprendimiento en sí.
Héctor «Pilón» Aguirre: Alejado del calor del poder, ya que Campero no lo precisa como en la gestión pasada, esgrimió una tibia crítica al respecto. No obstante, votó a favor del emprendimiento.
Los concejales de Yerba Buena no pueden continuar en la senda del «papelón» interminable. Nadie puede acusarlos sin presentar pruebas ante la justicia. No obstante, los vecinos de Yerba Buena están hartos de ver asumir en el Concejo a muchos «representantes del pueblo«, con un automóvil de gama baja y modelos viejos, para verlos salir, luego de cuatro años, en camionetas o autos importados. ¿Está claro?
Desde El Diario en Tucumán, venimos advirtiendo como se va deteriorando urbanísticamente Yerba Buena, hasta ir perdiendo gran parte de sus atributos.
La norma que faculta a los concejales, otorgar excepciones al Código de Ordenamiento Urbano, sin dudas debe ser reglamentada o derogada. Urbanísticamente Yerba Buena se ha convertido en un verdadero CAOS.