¿Y si la cortamos acá y vamos a las urnas?

Las elecciones previstas para el 14 de Mayo fueron suspendidas por un fallo de la CSJN, que el peronismo tucumano resolvió con la renuncia de Juan Manzur a su candidatura como vicegobernador y sin que el Alto Tribunal fallara sobre la cuestión de fondo. Esto es, sobre si finalmente el actual gobernador podía o no ser candidato en las próximas elecciones, tal como había avalado la Corte Suprema de Justicia de Tucumán.La medida ante la Corte Nacional, tornó en abstracto el tratamiento del tema, pero dejó un enorme vacío sobre si esa posibilidad queda o no abierta para eventuales otros candidatos en nuevas  elecciones.

Resuelta dicha cuestión y habilitado por la Corte Nacional, el Gobierno Provincial convocó a nueva fecha tras haber acatado el fallo y esperando que la Junta Electoral resolviera al respecto. La fecha quedó pactada para el próximo Domingo 11 de Junio.

Esto produjo que en la oposición se dieran una serie interminable de contradicciones entre sus integrantes. Unos reclamaban «¡Elecciones ya!», mientras otro sector refunfuñaba insistiendo sobre la postergación de las mismas (Germán Alfaro).

Los que fueron más lejos aún, fueron los integrantes de CREO, en la figura de la diputada Paula Omodeo (la misma que proponía que su «jefe partidario«, Sebastián Murga, fuese candidato a intendente de Yerba Buena, cuando Juntos por el Cambio (tras larguísimas discusiones con «portazos y manotazos mediáticos»), ya había decidido que se respetaría el posicionamiento de los actuales intendentes, que debían designar a su sucesor. En el caso de Yerba Buena, el elegido fue Pablo Macchiarola, secretario de gobierno y hombre de confianza de Campero y Sánchez.

Cuando se hizo pública la presentación de CREO, cuestionando la fecha del 11 de Junio y a pesar de que la Junta Electoral Provincial otorgara a los frentes opositores, la posibilidad de no tener que reimprimir sus votos reutilizando los del 14 de Mayo; este medio conversó con dirigentes de Juntos por el Cambio que demostraron su molestia por la falta de «timming» de los dirigentes de CREO que emitían declaraciones contradictorias y extemporáneas por los medios tucumanos.

Así, la gota que rebasó el vaso fue el anuncio de que existía la posibilidad de que la CSJN suspenda nuevamente las elecciones en la provincia de Tucumán, atendiendo el pedido de la diputada de CREO. Off de record, los dirigentes opositores en general, manifestaban su desacuerdo ya, que entre otros temas, el «combustible» se había agotado y la dinámica de la política podría poner en peligro tanto Yerba Buena como San Miguel de Tucumán, si es que «el tiro salía por la culata«.

Mientras tanto, el senador y médico, Pablo Yedlin, abría una discusión en Twitter al respecto reclamando: «Dejen que las urnas hablen«.

https://twitter.com/pyedlin/status/1661729977132527616

En estos últimos días los fallos -no los judiciales, sino los errores no forzados de la alianza JxC en Tucumán- ponen a la vista la falta de coordinación de su dirigencia, por no decir la ausencia de criterio y oportunidad a la hora de efectuar declaraciones en los medios y acciones políticas consensuadas.

Ya la oposición local, había logrado la obtención de un fallo favorable (con sabor a triunfo para Alfaro en particular), con la postergación de las elecciones. También había obtenido una ventaja económica al no tener que reimprimir votos. Había «bajado» a Juan Manzur de la fórmula oficial y ganado un tiempo precioso para «hacer política» con ello. Llegaba entonces, el momento de capitalizar en votos y en simpatía para con el electorado tucumano.
Sin embargo, sucesivos hechos demostraron el poco tino y la falta de experiencia política que reina en este espacio.

Salió a la luz en el programa local «El Avispero«, un informe en el cual se denunciaba que Germán Alfaro había otorgado «contratos basura» a vecinos de diferentes localidades y comunas del interior de la provincia, muy distantes…, de hecho,  a más de 100 km del municipio de San Miguel de Tucumán. La cuestión saltó nada menos que al canal La Nación+, durante el programa de Eduardo Feinmann.

La explicaciones de Alfaro fueron tan inútiles como desafortunadas, intentando explicar lo inexplicable y denunciando una «operación política y mediática» en su contra. Nuevamente el intendente capitalino hizo uso de la famosa doble vara. Cuando la cuestión es favorable, la denuncia es legítima, cuando es en contra, se trata de  una «opereta«.

Mientras el «sanchismo» intentaba tomar vuelo y capitalizar lo obtenido, desde el «alfarismo» asomó el nubarrón de la candidatura a Comisionado Comunal de uno de sus representantes en una comuna, que estaba procesado y detenido por narcotráfico. Esto rompió el blindaje del «chaleco antibalas político» de JxC en un tema muy sensible, que sin embargo, tuvo un tratamiento «piadoso» por parte de los principales medios tucumanos e inclusive del oficialismo local, que se limitó a un par de declaraciones sin demasiada trascendencia.

Nuevamente y a destiempo, el que saltó en el aire, como en sus épocas de piloto de rally, fue Roberto Sánchez, que sin consultar a su «copiloto«, no tuvo mejor idea que «denunciar» (esta vez no en la justicia, sino en su sede de La Gaceta), que en las elecciones provinciales «se podría dar la posibilidad de que se intercambiase droga por votos» a modo de «bolsón«. Ésta declaración, fue tomada por medios nacionales y ente ellos el diario Clarín, lo que le garantizó una amplia repercusión mediática.

Sánchez, como buen piloto, aceleró a fondo y hasta llegó -en su cuenta de Twitter- a  culpar al oficialismo de «banalizar un tema tan importante«; justamente cuando fue él mismo quien trajo esta cuestión a colación. «No tengo la filmación, pero la gente te cuenta…«, declaraba Sánchez en su sede de la calle Mendoza.

En definitiva, el candidato a gobernador de JxC, expuso a su propio compañero de fórmula (y copiloto) reflotando el caso del «candidato narco«, de su  «escudería política«. Un desatino y una falta de criterio imperdonable.

Justamente es eso lo que hizo Sánchez… «Joder con las adicciones«, mirando la paja en el ojo ajeno y no semejante viga, clavada en el propio de su compañero de fórmula.

Esta vez, los oficialistas, Marcelo Caponio, David Mizrhai y hasta el propio Juan Manzur,  no dejaron pasar la oportunidad de hacer «dulce» con las contradicciones de la fórmula opositora.

En la madrugada del 25 de Mayo y a horas de que se produzca lo que sería una gran movilización en Plaza de Mayo convocada por Cristina Fernández de Kirchner, quien viene insistiendo en que se la quiere proscribir y poniendo como ejemplo el accionar cuestionable de la CSJN para con las elecciones en Tucumán y San Juan; se da a conocer por los medios, que la Corte podría llegar a suspender «nuevamente«, las elecciones en Tucumán por pedido de la dirigencia de CREO.

Este fenómeno, en el parecen interactúan de manera coordinada, la política, la justicia (en la figura de los integrantes de la CSJN, en pleno proceso de Juicio Político) y los medios de comunicación que fogonean ciertas causas; es justamente lo que define el término «Lawfare» (difícil de conceptualizar para el ciudadano común) y sobre el que viene haciendo hincapié la actual vicepresidente, Cristina Fernández de Kirchner, que reiteró  ante una nutrida concurrencia en el acto organizado este 25 de Mayo, en la alguna vez bombardeada Plaza del mismo nombre.

Por algún motivo, incomprensible políticamente hablando; a la dupla Sánchez-Alfaro, las bombas les explotan en la mano…