CORDOBA – El periodista Tomás Méndez cobró notoriedad en el último tiempo por sus reveladoras investigaciones sobre los vínculos de la policía provincial con el narcotráfico y el hampa, que difundió el canal 10, de la Universidad Nacional de Córdoba, en el programa ADN, que produce y conduce. Tras el acuartelamiento de los uniformados, que derivó en una crisis social, Méndez aseguró ayer a Tiempo Argentino: «El origen del conflicto no es salarial; es que la estructura policial se movió con dinero ilegal, fruto de las actividades delictivas, que ya no tiene.»
«La Policía tenía una recaudación en negro que duplicaba el sueldo que cobraba un agente, así un policía que trabajaba en Inteligencia y cobraba $ 7500, con el mundo delictivo podía recaudar
$ 7500 mensuales más. El resto iba para los jefes. Este modelo se extrapoló a todos los departamentos de la fuerza: comisarías, (las divisiones) Drogas Peligrosas, Sustracción Automotores, etcétera», señaló el periodista.
Méndez agregó que, «incluso los policías de calle que no formaban parte de ninguna estructura, cobraban $ 1000 en negro a cambio de firmar una planilla. Eso se cortó cuando se fue de la fuerza (el entonces jefe de la policía Ramón) Frías.»
El periodista realizó una investigación sobre el accionar policial de los últimos días, que será emitida en el primer programa de ADN de 2014, en abril, si le renuevan contrato. «Todo lo que digo lo puedo probar: tenemos grabaciones. Todo lo que digo es así», sentenció.
«En el llamado de los policías acuartelados al resto de la fuerza para que se sumen a la protesta, lo primero que se dijo fue ‘dejémonos de pertenecer a una mafia, basta de corrupción’, y al final hablaron de aumento salarial. Ahora que no están más los jefes porque están presos o se tuvieron que ir del Ministerio de Seguridad, evidentemente la fuerza necesita completar lo que antes cobraba y no figuraba en su recibo de sueldo. Hubo un mensaje extorsivo hacia el gobernador (José Manuel de la Sota) porque no hubo un acuerdo. La Policía impuso un aumento salarial de 220% porque si no se rompía el silencio. Y si se rompía el silencio miles de policías tenían que ir presos y la estructura gubernamental también», indicó.
–¿Qué se silencia?
–La complicidad con el narcotráfico, los delitos que cometía el departamento Sustracción de Automotores y el de Robo y Hurto hasta cómo participaban en la recaudación los propios funcionarios. El silencio de todo lo que ha pasado en la estructura policial, que es una estructura mafiosa. Y este acuerdo no la va a cambiar en nada. Ahora, producto del aumento, el gobernador tiene que desembolsar $ 100 millones más por mes. Esto dispara reclamos de otros empleados públicos.
–¿Cree que parte de los saqueos fue impulsado por la policía?
–No me queda la menor duda. Hubo bandas delictivas en distintos puntos de la ciudad de Córdoba pero no fue algo masivo y generalizado. Fueron afectados muchos puntos de la ciudad, es cierto, y barrios periféricos, pero la propia policía activó los desmanes. Los agentes trabajan con los delincuentes, lo que no está mal. La inteligencia policial debe trabajar con ellos. El tema es para qué. Puede hacerlo para desentrañar redes delictivas o para activarlas. Muchos de los policías acuartelados fueron los que fogonearon y liberaron zonas para que ocurriera lo que aconteció. La policía se maneja con códigos mafiosos. Y están todos sucios. Nosotros tenemos una historia terrible que vamos a difundir el año que viene: se trata del caso de un policía que entra en la fuerza y lo hacen matar a un tipo delante de todos para que empiece a ser parte del clan. ‘Ahora sabemos lo que hiciste. Todo lo que vos sabés que nosotros hacemos te lo callás porque si no ventilamos las cagadas que te mandaste’, lo amenazaron. Para eso se han prestado algunos fiscales provinciales que han dormido causas en las que hay policías involucrados. Es una mafia muy jodida.