Los investigadores del crimen de Darío Gastón Badaracco (31), único detenido por el asesinato de Araceli Fulles, sospechan que sus dos compañeros de celda del penal de Sierra Chica le hicieron tragar agua hirviendo antes de matarlo, la tarde del 7 de abril.
Según se pudo saber en base al informe de la autopsia, Badaracco “sufrió la acción prolongada de agua hirviendo” cuando estaba tirado en el piso de la celda 766, que estaba cerrada.
Eso le produjo quemaduras gravísimas en más del 50% de su cuerpo, pero sobre todo en la cara y la boca. “Lo atacaron con saña”, añadieron.
Por eso, el fiscal Lucas Moyano, a cargo de la investigación por el homicidio de Badaracco, imputó a los presos Rodrigo Emanuel Campos Verón (24) y Silvio Andrés Galeano Martínez (31) por el delito de “homicidio agravado por ensañamiento”.
Serán ahora las pericias complementarias a la autopsia las que determinarán si la teoría del fiscal Moyano es correcta y si sus compañeros de celda del pabellón 10 de Sierra Chica, además de tirarle agua hirviendo con una olla en gran parte del cuerpo, también se la hicieron tragar.
Badaracco murió a causa de las quemaduras en el hospital de Olavarría seis días después del extraño ataque. “Los dos acusados del crimen resultaron ilesos, apenas uno tenía una lastimadura”, detallaron las fuentes.
Las fuentes contaron que fue Galeano quien le tiró una olla de agua hirviendo, mientras junto a Campos lo pateaban y golpeaban en el interior de la celda.
Tras la agresión y muerte de Badaracco ambos pasaron 15 días aislados del resto de la población carcelaria de Sierra Chica, encerrados casi todo el día.
Los otros ocho imputados por el crimen de Araceli Fulles esperan el juicio en libertad: Hernán Badaracco, hermano de Darío; Marcelo Escobedo; Carlos Damián Cassalz; los hermanos Jhonatan y Emanuel Ávalos; Hugo Cabañas, Daniel Alanis y Marcos Ibarra. Todos están acusados de ser cómplices del femicidio.
Araceli Fulles desapareció el 2 de abril de 2017, tras salir a cenar con amigos y luego pasar por una plaza cercana a su casa en San Martín. “Prepará el mate que voy para allá”, le escribió en un mensaje a su mamá. Fue lo último que hizo.
FUENTE: Clarín