De comentarios xenófobos, valores y otras yerbas ¿Por casa cómo andamos?

«La Unión Argentina de Rugby repudia enérgicamente los comentarios discriminatorios y xenófobos publicados por integrantes del plantel de Los Pumas en las redes sociales y reunida en carácter de urgencia, la Mesa Directiva resuelve»:
En primer lugar, revocar la capitanía de Pablo Matera y solicitar al staff que proponga a la Mesa Directiva un nuevo capitán.

En segundo lugar, suspender a Pablo Matera, a Guido Petti y a Santiago Socino del seleccionado nacional hasta tanto se defina su situación disciplinaria.
En tercer lugar, iniciar un proceso disciplinario a los tres jugadores mencionados, a cargo de la Comisión de Disciplina de la Unión Argentina de Rugby.

Si bien los mensajes fueron expresados entre 2011 y 2013 y no representan la integridad como personas que los tres mostraron durante este tiempo en Los Pumas, desde la Unión Argentina de Rugby condenamos cualquier expresión de odio y consideramos inaceptable
que quienes las expresen, representen a nuestro país
«.

Hasta acá, la decisión de la UAR es tajante e inapelable. No vamos a reproducir los posteos xenófobos de los -por ahora, ex Pumas- para evita reeditar la ofensa que ellos conllevan.

Tampoco deseamos caer en la hipocresía de quienes pretenden poner en los hombros del Rugby en particular, aquellas conductas individuales, que debieron aprenderse en los hogares de quienes profirieron tales ofensas.
La resolución tomada, seguramente afectará la vida deportiva, social y profesional de los jugadores de Los Pumas que intervinieron con sus culpas de tiempos pasados, en hechos totalmente censurables, ahora y siempre.
Con esta medida y las que sobrevendrán, la UAR «puso valores» en donde hubo -hasta ahora- ausencia de ellos.
Esta enseñanza no debe dejar margen que impida comprender que ciertos comportamientos y expresiones, no pueden ir de la mano de quienes visten la casaca del seleccionado de Rugby… ¿Y la de otros deportes?

¿Por casa cómo andamos?

Existen quienes, desde ciertos espacios políticos, periodísticos y de comunicación en redes, pretenden exigirle al rugby actitudes y valores de los que dispensan a otros deportes. Se pretende mostrar al rugby como un deporte de élite, en contracara de deportes «populares«, a los que se les pide poco o más bien nada.

El rugby hace años que ha resuelto su cuestión con el elitismo. A medida de que se fue popularizando, aparecieron nuevas instituciones, crecieron las antiguas, se derribaron mitos y se e fueron cayendo las barreras de índole social. Está claro para todos, que el rugby abrió generosamente sus puertas a quienes tuviesen ganas de arrimarse a los clubes, sean cuales sean sus condiciones socioeconómicas. El rugby es para todos y el que hable sobre este deporte categorizándolo como de élite, no tiene absoluta idea de lo que habla; mucho menos si se refiere a la práctica e instituciones del interior del país.

Hace falta solo googlear, para encontrar hechos censurables y hasta delictivos entre quienes practican otros deportes. Es justo resaltar que no se le puede exigir una «asepsia moral» al rugby, mientras se permite por ejemplo que un personaje como «El Rafa» Di Zeo, asista a la Casa Rosada al funeral de Diego Armando Maradona.

Guste o no, la UAR, con su decisión de apartar a estos tres jóvenes jugadores del seleccionado, hizo algo que ningún club de fútbol o la misma AFA se atrevería a hacer ante similares situaciones.

Nadie y mucho menos una institución de tanta jerarquía como la UAR, se atrevió a dar este enorme paso y por actos que se realizaron mientras estos jóvenes todavía no vestían la camiseta oficial y por conceptos publicados en redes sociales.

En definitiva y sin la más mínima intención de justificar los conceptos vertidos en Twitter por estos tres jugadores del seleccionado argentino de rugby, la lección y el pedido de disculpas, se dio en tiempo y forma.

El rugby pateó la «ovalada«, alto y al fondo. Habrá que ver quien se encuentra en situación y catadura moral, como para señalar con el dedo a un deporte que es falible, pero que tiene conciencia de que ciertas reglas no deben transgredirse.