AMOR DIALECTICO

Amor Dialéctico.
La dialéctica del amor.

por Isaías Marín de la Fuente.*

Cuando era chico fue un filósofo al colegio del cual no recuerdo el apellido y preguntó cual era el principio de comunidad, a lo que quería que respondamos “minian” que es el número mínimo de personas mayores de 13 años para la lectura de la Torá, para los judíos ortodoxos estos deben ser hombres. Sin embargo sabiendo la respuesta le dije que el principio de comunidad era la pareja, Adán y Eva fueron la primera comunidad. A mi sentencia me preguntó con ironía si estaba enamorado, a lo que respondí afirmativamente, terminó por sonreírme, indagó de nuevo y otro le dio la respuesta correcta.

Son las situaciones complejas y adversas las que hacen que los hombres tomen una postura y creen su propia filosofía, pero las situaciones adversas como nuestros pensamientos son efímeros. El estar enamorado hace que los juicios de un individuo sean encaminados de una forma determinada. Del amor hay tantos escritos como individuos en la historia, el amor puede tornarse adverso y crear toda una filosofía de vida, del mismo modo que el amor bien aventurado en este azaroso juego.

Dicen las malas lenguas que el amor es una inclinación del alma por un objeto o persona. Desconozco para hablar del alma, por eso podríamos hablar de la mente. Nuestra mente se encuentra en nuestro cerebro, y nuestro cerebro fragmentado en partes, donde encontramos la memoria, el razonamiento, la imaginación, la creatividad, etc. Procesamos los gustos y estos nos producen una sensación, que se guarda en nuestra memoria, ante el estímulo producimos una sensación. La estructura de la mente tiene un lógica aparentemente, el amor sucede cuando un objeto reúne ciertas características, que luego de procesadas en nuestra cabecita nos produce un sentimiento y esa conjunción el amor.

Nietzche creía que al amor se llega cuando se intenta abarcar el máximo bien posible en un solo objeto, en fin es un engaño, intentar reunir todo lo que es bello para uno en un solo objeto es una de las peores falacias del hombre y por supuesto de la mujer, tal vez por eso nunca se encuentra el “el amor verdadero”. Cuántas veces escuchamos la frase “lo quiero pero no me llena”, es que realmente es contra natura que un individuo reúna todas las propiedades, que esta persona pretende. Pese a lo que diga parece imposible encontrar la persona ideal, mi discurso no es derrotista sino que trata de ser reflexivo sobre lo menos reflexivo.

Según teorías de la física, existen dos tipos de cargas: negativa y positiva. La negativa atrae fuerzas, y la positiva envía fuerzas. Es decir que una carga negativa atrae a otra positiva. Pero al ser iguales las dos se repelen, se separan, ya que la negativa atrae a la positiva y no puede atraer a otra de la misma carga, es decir que si son diferentes se atraen. ¿Por qué? Porque si se ama una persona que muy parecida a nosotros indirectamente ese es amor propio, no se quiere al otro. En este punto no hay antitesis donde uno mismo es la tesis paradigmática. No hay dialéctica y por ende la síntesis es menos acabada en otro yo. Es pura tesis por ende no habrá tendencia a mejorarse, sino a pervivir en lo estático.

Los amores verdaderos son por definición antisociales y aislados, en cierta forma sectarios, llega un momento que por mas que exista dialéctica en un principio, se transforma en algo estático, ya que no existe mundo, solo la ingenua creencia que ese objeto reúne todas las cosas bellas del mundo.

La idea es que una relación amorosa haga surgir lo mejor de uno y no lo peor, si sucede esto no promete bonanza esta sociedad de hecho, se le dio cuantiosa publicidad al amor sacrificado, ese que sufre a lo largo de la historia, es hora de pasarle unas cuantas facturas del mismo modo que al vivir por y para otra persona, a largo plazo uno se aburre y pierde la libertad.

Sin embargo las relaciones deben darse bajo una relación de paridad, este mundo perteneció a los hombres, y la visión de la mujer fue siempre es sentido peyorativo. Cuando se hayan los sexos vistos como dos categorías humanas distintas, en la cual cada una quiere imponer a la otra su soberanía; ambas se empeñan en sostener su reivindicación, se crea entre ellas hostilidad. En la cual se da generalmente que una categoría es privilegiada, se impone sobre la otra y la mantiene en la opresión. No hay dialéctica si la mujer es reducida a la condición de vasalla o del mismo modo el hombre. Creo que todas las relaciones sociales son y serán relaciones de poder, no excluyo las relaciones afectivas. En el momento en que se hace abuso del poder, se cosifica al otro, la síntesis dialéctica es menos lograda. Porque recordemos que todo lo que poseemos en cierta forma nos posee, al convertir al otro en nuestra propiedad, se convierte la propiedad en propietaria nuestra.

Que no sea una abdicación total, una entrega integra de cuerpo y alma, sin restricciones y consideración a nada, esta ausencia de condiciones convierte la relación en una cuestión de fe, la única que posee, en ese endiosamiento, la deidad se cree el amo y el señor. El amor se convierte en religión, se encuentran los enamorados ligados, en forma patológica al otro y es capaz de aniquilarse por y para el otro. Inmolarse por su deidad, aun como en el caso de Abraham de sacrificar a su hijo Isaac en nombre y a pedido de su dios, cuantas mujeres olvidan la integridad de sus hijos por amor. Que la deidad castigue sin ninguna compasión a los hijos, y se quedan inmóviles ante esa presencia “divina”. En todas las religiones confunde el devoto su amor, por su necesidad de salvación, pero se da la paradoja que en el deseo este de salvación el enamorado termina por negarse así mismo y atender al preludio de su autodestrucción como individuo; su sentimiento adopta una dimensión mística, que quiere fundirse en él y olvidarse en sus brazos.

Esto es mas que nada un romanticismo clásico, solitario, vacío, narcisista y falso. Donde se ubica a la mujer en la posición de cuerpo vacío hermoso sin esencia. Privada de sus encantos por los ritos nupciales, o del mismo noviazgo, ella es económica y socialmente subordinada a su novio o marido. El hombre Siente que le pertenece y que participa en su esencia. Se enorgullece de su mujer como de sus tierras, rebaños, riquezas, y a veces incluso a través de ella es como manifiesta su poder a los ojos del mundo. Los orientales tendrán mujeres gruesas, que se corresponderán con la bonanza de su esposo. Luego los musulmanes tendrán varias mujeres, y con esto demostrarán su poder económico. Del mismo modo en la sociedad burguesa la función de la mujer es la de representar con su belleza, encanto, inteligencia y sus signos exteriores la fortuna del marido, del mismo título que la carrocería de un auto. El rico la cubrirá de pieles, el pobre realzará sus virtudes morales y como ama de casa, el desheredado, si consiguió una mujer, creerá poseer algo en la tierra. Todo hombre de la manera mas infame resucita más o menos al rey que tiene adentro, mientras exhibe al otro cree de este modo mostrar sus propios méritos. Del mismo modo la mujer muchas veces actúa en complicidad con el machismo buscando un sostén y proveedor, dureza, seguridad, garantía, un papá que cuida, un caballero que se ofrece.
Entonces resultará difícil hablar de un nuevo romanticismo, ya que nadie es libre de estas formas de relacionarse, son el paradigma de relación. Sin embargo el problema es similar al experimento de la rana en el agua caliente, a la cual se le va subiendo gradualmente la temperatura, cuando la rana se percata de su situación esta hirviendo en la hoya. El amor dialéctico no se expresa en formas universales y burdas como bombones, flores, y demás regalos, sino que tiene que ver con cada relación específica y una aventura compartida. El desafío no esta solo en querer, sino en bancarse las dificultades que ese amor entraña.
La decisión de estar con una persona implica potenciarse, sin embargo no deja de ser una sociedad la pareja, pero que no se la confunda con una sociedad anónima. Los méritos de que cada uno obtenga son propios, la idea es que dos utopías y dos proyectos se fusionen, pero de la manera mas plena. Construirse mutuamente en un proceso dialéctico que va hasta lo infinito y que nunca es estático. Donde la noción de otro no es cosificada, donde el yo se construye bajo el principio de la alteridad.
Sin embargo podríamos decir que la tesis ampara el universal abstracto del amor. Es la visión idealizada que tenemos socialmente sobre este, con todos los prejuicios, deseos, manías, y extravagancias. A su vez tenemos lo antitético, que sería lo individual concreto, una perspectiva individual de lo que es la relación de pareja, a su vez esta no se sustrae de su contexto histórico determinado. Además hay dos puntos de vista individuales concretos, uno de cada partenaire. El universal abstracto chocará con ambos individuales concretos para confluir en el universal concreto. Será la máxima expresión del amor, donde más comunicación, afinidad y progreso encontrará la pareja. En este proceso dialéctico encontramos el amor en si luego el amor para si, desembocando en el amor en si para si. Este proceso se repite hasta el infinito haciendo en lo posible que la pareja crezca y que no se estanque. Una escalera que suba hasta que la muerte los separe.
Hablaba al principio de una sociedad de hecho, pero sin intenciones de hablar de “sociedades de derecho”, ya que el derecho no debe intervenir, solo las convenciones particulares, en igualdad de condiciones, que por los motivos antes expuestos es muy difícil de conseguir. Cuando el hombre y la mujer se amen verdaderamente, ese amor los inducirá recíprocamente, a tratar de merecer las caricias del ser que han elegido. Suponiendo que el compañero o compañera puede volar del nido, hará lo que sea dable para atraérselo completamente. Los humanos cultivaremos más aquellas cualidades morales que nos hacen agradables. Basado en esto las uniones serán mas disolubles que lo que podrían hacerlas las leyes mas feroces y los contratos de pareja crueles. Abajo todos los dogmas religiosos y filosóficos que someten a los hombres. La verdad nos es teoría, sino un hecho, la vida de los enamorados brota de las profundidades misteriosas e infinitas del amor al otro, pero que ese otro pueda elegir. “Todos quieren a Fidel castro porque es lo único que conocen”
Querer la dependencia de aquel a quien se ama es amar una cosa y no un ser humano, porque no se distingue al ser humano de una cosa mas que por la libertad y si el amor implicase dependencia, seria una fuente inagotable de esclavitud y de embrutecimiento para el hombre y la mujer, no por nada se dirá que el hombre la prefiere tonta, y la ignorancia la somete, será por esto que la ama de casa se esmerará en adornar su hogar, ya que esta adornando su cárcel. Del mismo modo que no tendrá finalidad propia sino que las finalidad de los otros será su proyecto. Libertad, pero en serio y en igualdad de condiciones sin esclavitudes legales y en un proceso dialéctico que llegue hasta que la muerte los separe.