Cuando el intendente Roberto Martínez Zavalía (año 2003-2007) avanzó arrasando con la casa Christie y Cossio, para encerrarlas entre muros de hormigón en una manzana emblemática de Yerba Buena, fue el comienzo del fin de «La Ciudad Jardín«.
Luego vino el desembarco de la empresa Cencosud (durante la misma gestión) cuyos centros comerciales en Chile, Eassy y Jumbo, en la misma época, debían estar asentados no a menos de 20 Km de centros urbanos. Pero en «Tucson» todo es posible.
Como una buena medida de gobierno de Martínez Zavalía, se realizó una obra de iluminación que cambió el aspecto de las zonas entre las avenidas principales. Mientras tanto, las famosas excepciónes al Código de Ordaneamiento Urbano (COU), empezaron a ser regla.
Así se fue configurando la «orgía hormigonera» que continuó con el gobierno de Daniel Toledo (2007-2015). Por esas épocas se instalaron concesionarias de autos, centros comerciales, de salud, empresas prestatarias de cervicios, bares, restaurantes, bancos, complejos de edificios como el «Open» y tantos otros.
Pavimentar fue la tarea. Los llamados de vecinos pidiendo a gritos «su pedazo de calle pavimentada» venía de la mano con la necesidad de intentar tapar la nube de tierra atmosférica que cubría a los neoyerbabuenenses y los viejos yerbabuenenses, a medida de que los autos llegaban a sus casas.
Nada fue planificado, nada fue estudiado. Ninguno de los especialistas en Urbanismo con que cuenta Yerba Buena, como la exquisita Arq. Olga Paterlini de Koch, fue consultada, tampoco el premiado Arq. Máximo Cossio Etchecopar, a quien más bien trataron de eludir, antes que escuchar.
La explosión demográfica de Yerba Buena fue en aumento a enésimas potencias y con el ingreso de Mariano Campero a la intendencia en 2015, a la orgía urbanística y paisajística de la ciudad pedemontana, había que alimentarla de más y más hormigón.
Se derrumbaron casas clásicas de los años ’70, que contaban con con cientos de metros de verdes jardines, árboles y ligustros; como en calles Las Rosas, Lola Mora, Bascary, Acassuso y tantas otras; para reemplazarlas con «estilizados adefesios cementicios«, que serían desde consultorios hasta viviendas ocasionales para alguno que se fue con las maletas de la casa por algún barullo familiar.
Así y paulatinamente, Yerba Buena se fue recalentando. Ya caminar por las veredas destrozadas de la Av. Aconquija, tropezando entre las roturas, desniveles y pedazos de fierros de viejas cartelerías, fue impidiendo a los transeúntes, levantar la vista para disfrutar de los Tarcos, Lapachos y el cerro hacia el Oeste. Fácil era darse cuenta que la temperatura en esa avenida, era de dos o más grados que unas cuadras hacia «adentro».
A todos los nuevos emprendimientos había que suministrarles parte del mal sistema cloacal, de la escasa agua «potable» (¿?) que en cientos o miles de metros, corre por caños: De cemento, de PVC y de Acero (muchos no lo conocen pero bajo las veredas de esta ciudad, conviven enormes pedazos de fierros y otros materiales.
Para poder satisfacer la «angurria inversora», hubo que hacer cortes, yapas, quitar a unos y dar a otros. Levantar torres de media tensión, poner transformadore. Vaciar de agua a barrios enteros para pasarle lo «suyo prometido» a los nuevos habitantes y emprendedores…, pero sobre todo a los siempre «GENEROSOS» DESARROLLADORES.
En la «ciudad de la furia» se hizo imposible circular, proliferan y proliferarán los choques y accidentes, lo que eran casonas con grandes terrenos, serán momentáneamente Estacionamientos Pagos.
Todo esto precisa energía, entonces se colocaron más y más postes, más cemento, más altura, más superficie. Festejamos que nos pusieron en la Perón al famósísimo y económico Gómez Pardo, quien ya tiene en jaque a Walmart, Vea, Jumbo y Carrefur. Da la sensación de que hay un Negocio por persona, aunque no exista un Hospital como la gente y las comisarías parezcan dignas de «Pampa Pozo».
Una cosa está clara; los empresarios que pusieron dinero para que autoricen sus Desarrollos Inmobiliarios y los babosos funcionarios, abonaron para que todo los feos postes de hormigón y el cablerío y cartelería espantosa, quede como lugar común. Eso sí, puertas adentro de cualquier barrio privado o country o centro comercial queda libre de postes, cables de TV,Telefonía fija e internet. De horrorosas cajas y acumularores, derivadores, transformadores, etc., que serán SOTERRADOS como pudo ser para todos pero no se decidió así.
Esta semana pudimos leer un posteo de un vecino de un barrio privado de calle Moreno y Av. Perón, literalmente «putear» contra el tráfico y el movimiento generado por el «nuevo super«, afirmando que le «arruinaron la calidad de vida».
-No solo eso, mi amigo… También le bajaron el valor de la cotización de su vivienda.
Tal como estos postes de Hormigón que hoy nos hacen escribir esta nota (cuatro enormes torres separadas por no más de 15 metros) que se tendieron en los últimos años. Hoy va cementando esos postes en su base, por la acera norte de calle Brasil, para «felicidad» de los vecinos, una cuadrilla de obreros que «hacen su laburo«.
Claro que para ello hubo que aprovechar el accidente mortal que dejó la caída de un Eucaliptus en la Av. Solano Vera, para luego pasar a arrasar con cualquier árbol de esa especie de la cual literalmente no quedó ni uno.
De todos modos, señores antiguos y neo yerbabuenenses… ¡No se preocupen! Para la zona norte de avenida Perón, se vienen las TORRES DE VARIOS PISOS, que tienen en sus bolsillos…, perdón, en sus escritorios, los funcionarios y allegados a la administración campero y a la Comisión (nunca tan bien llamada) de Obras y Servicios Públicos del Concejo Deliberante de Yerba Buena.
Cuando el agua inunde sus casas porque no dejaron espacio verde sin tapar con hormigón, porque destrozaron el cauce del Río Muerto, porque taladraron y desmontaron el pie del cerro, porque hicieron lo que quisieron durante tantos años.
Cuando -como ya sucedió hace apenas un verano- el agua de ecurrimiento que no pudo ser absorbida ni canalizada, se lleve autos hacia el badén de la Av. Pte. Perón, antes del pequeño puente. No te quejes. Todo esto es por el «desarrollo».
Cuando desees levantar la vista para ver un «fucking» árbol, vas a tener la oportunidad de comunicarte con los amigos de la «Fundación Pro Yungas» que le podrán mostrar a tus hijos y a tus nietos, cómo era Yerba Buena, durante una visita guiada en el Parque Percy Hill.
Todo esto, si no se molesta el intendente que preside además, la «Sociedad de Amigos del Poste de Hormigón» y de es socio (por amistad, no por corrupción, obvio) de los famosos y muchas veces mafiosos Desarrolladores Inmobiliarios, algunos Con cobertura mediática (*).
* Por información, solicitar nombre del Síndico de un gran diario y el Fiduciario de un gran Country y leer todos las opiniones y coberturas vertidas por su fémina corresponsal sobre algunos desarrollos inmobiliarios en dicho medio cuando afirmaba que en el HCD se «cajoneaban», en la Comisión de Obras y Servicios Públicos, los expedientes de los «emprenderores», durante la pasada gestión.