«Juguemos en el bosque mientras el lobo no está? Este viejo juego infantil, pareciera ser la premisa que rige a quienes iniciaron una verdadera orgía usurpadora en la localidad de El Cadillal. Increíblemente y hasta el momento, pareciera que «el lobo» de la canción infantil, literalmente no solo «no está», sino que no da muestras de querer tomar el toro por las astas. .
La lentitud del accionar del Estado, no se condice con la velocidad con que las usurpaciones se producen. Recordemos que la usurpación es un delito que podríamos llamar «contínuo», ya que una vez que se inicia la posesión, el delito se va configurando y su vigencia no termina con lo que sería la toma de los terrenos -sean estos del Estado o privados- por parte de los usurpadores (delincuentes).
Voces de Casa de Gobierno indican que Fiscalía de Estado ha iniciado unas 200 demandas, pero desde ese organismo anticipan que puede haber muchas más.
La mayoría de los más de 200 denunciados afirma que adquirió los terrenos a través de cesión de derechos de posesión de las tierras. En los descargos presentaron como pruebas documentación que les habían entregado en la comuna. Por ejemplo, boletas de pago de contribuciones que no están autorizados a cobrar, ya que se trata de terrenos fiscales.
En la causa “Provincia de Tucumán versus Bobba, Norma Beatriz y otros sobre Acción de reivindicación”, María Rosa Contreras, defensora de Jorge Ramón Zárate, uno de los demandados, al realizar el descargo dijo: “mi mandante ha realizado la compra de buena fe y a título oneroso del inmueble objeto de la Litis y realizado todo tipo de actos de posesión pública, pacífica e ininterrumpido durante todos estos años. Realizó todos los pagos y trámites exigidos por la comuna de El Cadillal, organismo descentralizado de la propia actora”.
En un extenso escrito, la profesional explicó que su defendido logró quedarse con esa tierra mediante un contrato de cesión de acciones y derechos posesorios del denominado loteo “Tiempo Compartido Pura Vida”. “El inmueble descripto le correspondía al cedente por compra que hiciera a la señora Andrea Soledad Bonanno, mediante contrato de cesión de derechos posesorios de fecha 13 de junio de 2011”, explicó. La vendedora es hija de Carlos Bonanno, actual delegado de la comuna de El Cadillal, quien negó haber participado en la operación.
El hecho de que el comisionado comunal sea mencionado por los propios denunciados, como alguien que utilizó las prerrogativas de su cargo para viabilizar las usurpaciones, amerita que desde el Ministerio del Interior y la misma Honorable Legislatura, se analicen los hechos y se tomen las medidas que correspondan en contra del funcionario.
Lo cierto es que hasta el momento y con la masividad de las usurpaciones, cabe que el comisionado comunal sea citado a dar explicaciones ante el Ejecutivo.
Una gran cantidad de parcelas ocupadas, están a unos cientos de metros del ingreso al predio de el dique de El Cadillal, por lo que no se comprende que las autoridades policiales no hayan tomado medidas para proteger aquello que es en definitiva, propiedad del Estado.
El Ministerio Público Fiscal, a cargo de Edmundo Jiménez, tampoco parece inquietarse al respecto ni siquiera con las denuncias de público conocimiento. Otra vez la justicia mira para el costado como si fuese «convidado de piedra» en estas cuestiones.
Los vecinos y propietarios legales de inmuebles en El Cadillal, fueron consultados por El Diario en Tucumán. La inquietud e inseguridad es tal, que solicitaron no ser mencionados por temor a represalias. «Esto es un verdadero caos, comenta uno de ellos. Es increíble que esto esté pasando en la propia cara de los funcionarios y de la policía misma, sin que nadie tome medidas al respecto» «Hay un evidente comportamiento mafioso que sin dudas tiene su correlato en el apoyo brindado por funcionarios del poder y de la justicia», denuncian.
Justamente son ellos los testigos privilegiados de las tomas de tierras por parte de delincuentes, muchos ellos de «guante blanco» y que tienen influencia en la Comuna.
«Juguemos en el bosque, mientras el lobo no está»
¿Lobo, está?