Si estos son los oficialistas, ¿para qué necesitan opositores? Un concejal de Yerba Buena atacó a Manzur

Suele ocurrir que en los partidos políticos la «institucionalidad» partidaria quede de lado y que los funcionarios electos se autoperciban independientes y autónomos del partido al que dicen que los puso en donde están.

Ya hace un tiempo, el concejal (hasta hace unos años, congresal del PJ) de Yerba Buena, Alejandro Sangenis, se muestra en publicaciones en las redes, como un férreo opositor al gobernador Manzur.
En su página de Facebook, no cesa de castigar permanentemente al gobernador que representa a su partido todas las semanas.

Alejandro Sangenis, hijo del conocido «Cacho«, asumió su actual y tercera gestión de concejal, de la mano del ex gobernador, José Alperovich que como todos recordarán, se encuentra en uso de licencia en el Senado de la Nación y parece haber dado un paso al costado de la política; al menos en lo que se refiere a declaraciones o exposición pública.

No suena extraño que los concejales del PJ en Yerba Buena, hagan malabares para acomodar sus discursos al partido que representan, pero a su vez, convertirse en «lazarillos» del intendente Mariano Campero, que los mantiene cerca o se deshace de ellos según los necesite. Esto es lo que sucedió en la gestión pasada con los concejales Héctor Aguirre y Walter Aráoz.

Hoy es Sangenis el que elige el rol de «acompañante«, sentado atrás, en la caja de la «camioneta política» de Campero y sus concejales y funcionarios de primera línea.
El mismo viene no solo acompañando toda la agenda legislativa generada por Campero y sus dirigentes, sino que participa de las reuniones de gabinete como uno más. También replica en su Facebook, todo aquello que se publica en la página oficial de la Municipalidad de Yerba Buena. Obviamente levanta la mano en el Concejo Deliberante a todos los proyectos emanados del Ejecutivo Municipal o de los concejales ligados al intendente local. Entre ellos, todas las excepciones al Código de Ordenamiento Urbano en las que incurre ese Cuerpo Legislativo.

Con su alto perfil comunicacional, negativo hacia Manzur, Sangenis comete el error de «marcarle la cancha» al Vicegobernador Osvaldo Jaldo, quien ante la complicada situación social ligada a la pandemia y sus consecuencias, optó por «bajar el guante» de cara al lejano 2023.

En términos políticos y de gestión para aquellos que cumplen funciones legislativas, como dicen los «porteños«, «los pingos se ven en la cancha«. Traducido; lo que muestra quién es quién, está dado en qué y cómo se vota en las sesiones del Concejo. Para no perder la costumbre, dos de los concejales supuestamente peronistas (Sangenis y Aguirre), votaron cuanto proyecto y excepción les puso adelante Campero.

Es menester adjudicarle a Campero, la «habilidad» para sumar a su rebaño a concejales que dicen representar al PJ pero que a la hora de las decisiones se mimetizan con los jugadores propios con que cuenta el intendente de Yerba Buena.

Párrafo aparte para el Concejal Marcelo Albaca, que queda como líbero pero encolumnado  tras la dupla gobernante, Manzur-Jaldo con quienes mantiene buena relación. Es el único que podría ser identificado como un opositor a Campero desde el PJ en el HCD de Yerba Buena.

Mientras Mariano Campero no se pone colorado ante su hoy absurdo declamado «alfonsinismo«, teje a espaldas del máximo ícono Radical, una alianza electoral nada menos que con el hijo del genocida Antonio D. Bussi (Ricardo Argentino Bussi)  y su reflotada Fuerza Republicana. En el PJ de la «ciudad de las excepciones al Código de Planeamiento«, el panorama es caótico e impredecible. El peronismo carece absolutamente de conducción y solo se ve a lo lejos, algún intento desmemoriado e individualista de uno que otro dirigente que intenta erigirse en punta de lanza de un proyecto político que pueda soñar con sentirse apto para enfrentar con éxito a Campero en una elección; legislativa en 2021 y municipal en 2023.