Que el tabaco sea uno de los cultivos que más agroquímicos precisa, no es una novedad. Pero que alguna de estas sustancias provoque, como efecto colateral, que los representantes obstaculicen la recepción de fondos por parte de sus representados, solo puede darse en Tucson.
¡«La Cocha de la lora»! Insultaba un productor resfriado del Ciudad de Alberdi, al sur de la provincia de Tucumán. ¿Cómo se entiende esto?
Decir que el Tabaco como producción agrícola es importante, es una obviedad, tanto como cualquier otra actividad agrícola que requiera de inversión y mano de obra.
Si bien es justo señalar que el Estado aplica al los cigarrillos -tal como llegan a las manos de los fumadores- impuestos que tornan irrisoria la relación entre el precio del producto y su carga impositiva. Ésta asciende a un 76% del precio que paga el cliente.
Claro, fumar es perjudicial para la salud y el Tabaco no tiene las propiedades de la Espinaca. Sin embargo, para las asociaciones de tabacaleros, ésta debió ser una de las actividades prioritarias, conjuntamente con las de la industria alimenticia. No solo por los permisos para que la actividad funcione, sino a la hora de recibir su contraparte económica.
Durante esta mañana fría de este Miércoles 06 de Mayo, se dio una situación absolutamente insólita. Dirigentes que dicen representar al sector tabacalero, literalmente obstaculizaron el pago del Fondo Nacional del Tabaco a los productores. ¿Cómo se entiende esto?
La historia comienza como siempre, de la misma manera. Primero un manifiesto de «preocupación«, de los altos mandos caciquescos en algún medio amigo con el consecuente pedido de audiencia a las autoridades gubernamentales. Luego sacar a la «tropa» a la ruta o a las calles y ahí medir la capacidad de ejercer presión y a veces daño.
Lo insólito de este caso es que literalmente se tomó la decisión de «impedir el pago» a los productores de aquello que se denomina «Caja Verde«, que viene a ser el Fondo Nacional del Tabaco.
Claro que lo que no se dice, es que en el mes de Diciembre, el sector tomó un crédito a tasas «Dujovne«, que tenía como garantía la famosa «Caja Verde«. Luego de «fumarse» estos fondos, surgió la posibilidad de subirse al tren del coronavirus y «exigir soluciones» al gobierno -en este caso- representado por la Caja Popular de Ahorros y al Ministerio de desarrollo Productivo.
El método insólito de presión fue pergeñado (según fuentes que solicitaron no ser mencionadas) entre la presidente de la Cámara del Tabaco, Susana Migles y por el representante de los productores, Marcos («Marcelo» para La Gaceta) Garbich.
En un juego de «tira y afloje«, se decide que en la sede de la Caja Popular de Ahorros de la localidad de La Cocha, los productores puedan acceder al cobro sin problema alguno («donde se come no se c…, dice el dicho«). Mientras tanto, se aprieta políticamente al gobierno de Manzur, en la Caja Popular de Ahorros Casa Central, aún a sabiendas de que los fondos de dicha institución dependen en -gran parte- de los aportes de la actividad de juegos de azar que se encontraba hasta hace días absolutamente paralizada.
En la sede de «La Caja» sucursal de la Ciudad de Alberdi, se dieron situaciones violentas tras los enfrentamientos entre grupos de tabacaleros que respondían a la Cámara que los nuclea, a Garbich y a otros agremiados o no, que solo pretendían cobrar lo que les corresponde por derecho.
El humo, ya apagado por los matafuegos de la institución en manos de la Policía de la Provincia, era causado por la quema de cubiertas en esta revuelta sin sentido.
Usados como «tapa política» para los medios «amigos«, con una imprudencia bochornosa, se permitió poner en riesgo (en una flagrante rotura de todos los parámetros y recomendaciones vigentes) la prevención del contagio de Coronavirus, tal como lo muestran las imágenes.
Claro que para comprender esta situación, tenemos que volver al inicio de la nota. Los que negocian en oficinas públicas el grueso de las prebendas y que dicen defender a los más débiles productores y mano de obra del sistema, actúan como el «tero«, cantan en un lado y ponen los huevos en otro…
Así las cosas, cabe tal vez señalar, que es sabida la afinidad política de Garbich (Marcos, no Marcelo como dice LG), ya que el dirigente no tiene empacho en manifestar su apoyo incondicional al proyecto ya concluído que de alguna manera es responsable de la situación insostenible que sufre el sector tabacalero junto a casi la totalidad de las economías regionales.
No hablamos de la baja de consumo por la pandemia del Coronavirus. Hablamos de que constantemente los tabacaleros del sur de la provincia, golpean las puertas de los despachos del Área de Producción del Gobierno Provincial, por que llueve mucho o llueve poco, porque hay heladas, porque un tornado se llevó por los aires los secaderos de tabaco…. En definitiva, por lo que necesitan y suelen ser siempre atendidos como tantos otros. Por lo tanto, esta agresividad que se hizo notoria en el día de la fecha, carece de relación contextual.
Sería muy interesante que ambos dirigentes, La «Cacica» Susana Migles y el «José Canista» Marcos Garbich, antes presionar al gobierno o a la Caja Popular, pensasen primero en sus afiliados y representados sin exponerlos a «aprietes» y encima obligarlos a romper la cuarentena vigente de toda vigencia.
Como todo en la vida, parece que el hilo se corta por lo más delgado. Los productores más pequeños de tabaco en la provincia y los trabajadores del sector, cayeron en la paradoja de tener que «fumarse» una vez más, esta jugada político financiera de sus «representantes«.
No es condición necesaria tener filiación con ningún gobierno a la hora de reclamar, participar, gestionar, etc.; no obstante sería muy positivo para la ciudadanía y sobre todo para quienes tienen órganos representantes como la Cámara del Tabaco y gremios, que los mismos tuvieran claridad en sus intenciones, que no usen como rehenes a sus afiliados y/o seguidores y que de vez en cuando, al menos, se saquen la careta.