El premio para un meritorio camino en la lucha contra el Cambio Climático. Así se podría definir el hecho de que el tucumano Ariel García vaya a disertar en la jornada de cierre de la Conferencia COP25, organizada por la ONU en Madrid.
Tendrá uno de los tiempos más prolongados para explayarse sobre su iniciativa de “Juego Limpio” que transformó en ley y que forma parte de los 17 Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) propuestos en la Agenda Global 2030.
-¿Qué sensación le genera haber sido invitado a disertar en la COP25?
-Es un gran desafío y al mismo tiempo una gran oportunidad para compartir la experiencia que tuvimos en la provincia con la creación del Programa Provincial de Juego Limpio, mediante una ley de mi autoría que contribuye al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sustentable.
-¿En qué contribuye el juego limpio a esos objetivos?
-Hay que ver al deporte como una escuela de valores, porque los niños y jóvenes tienen la posibilidad de competir en forma limpia, cumplir con las reglas de juego, rechazar la corrupción, las drogas, el racismo, la violencia en el juego y otros riesgos para el deporte, además de respetar al adversario, a los compañeros de equipo, al público, los jueces y árbitros deportivos.
-¿Cuáles son los objetivos que atravesaría el juego limpio?
-Por ejemplo, el de asegurar vidas saludables; educación de calidad con el cultivo de valores que le sirven al niño y al joven en su vida en sociedad; y la reducción de desigualdades, porque con el deporte garantizamos la igualdad de oportunidades, que es una de las principales metas que se propone desde la Organización de Naciones Unidas para la Agenda Global 2030.
-¿Cuál fue la experiencia en la provincia?
-Fue muy intensa, porque las acciones que se desarrollaron en distintos puntos de la provincia, se enriquecieron con una serie de leyes que fortalecen el deporte en todos sus protagonistas. La Ley 8886 de creación del Observatorio de Desarrollo Sostenible es clave, pero se complementa con otras normativas, como la ley 9018 que fomenta el desarrollo del deporte, la cultura física y la recreación; la ley 8616, que establece el Día Provincial del Atleta, en homenaje a Miguel Sánchez; y la ley de Licencia Deportiva, que es una adhesión a la ley nacional 20596 y que beneficia a los estudiantes.
-¿Es algo similar al Fair Play de la FIFA?
-Es mucho más superadora esta experiencia porque se extiende a todas las disciplinas y no sólo al campo deportivo, porque contamos con embajadores del juego limpio en los campos menos pensados. Para dar un ejemplo, el cantante Abel Pintos, fue designado representante del Juego Limpio, porque es un referente para muchos jóvenes. También tenemos referentes deportivos que nos ayudaron a difundir sus respectivas disciplinas, como las Leonas tucumanas, Vicky Sauze y Paulina Carrizo, o como los automovilistas Tomy García Hamilton y Pablo Morán, sólo por dar algunos ejemplos.
-¿Hubo alguna negativa por parte de deportistas?
-Ninguna. Ni bien les explicábamos la necesidad de generar escuela de valores a través del deporte, accedían de inmediato a ser referentes, a participar de clínicas gratuitas para chicos que de otro modo no tenían ninguna posibilidad. El compromiso de deportistas, dirigentes, clubes, intendentes, delegados comunales, organizaciones vecinales y barriales, y de los Jóvenes Boina Blanca, fue conmovedor.
-¿La política fue una limitante?
-No. El juego limpio superó todas las banderías políticas. Dirigentes de los distintos partidos abrazaron la causa del Juego Limpio, porque implica la evolución de la sociedad y el rescate de los chicos de las garras de las adicciones. Siempre repito que un chico dentro de un club haciendo deportes es un chico menos en la calle. El deporte es lo más igualador del mundo, además de formar en el trabajo en equipo, la solidaridad y el respeto.
-¿Cree que esto ayudará a combatir el cambio climático?
-El deporte es una motivación del ser humano. Si a través de él se puede acceder a valores que son universales, también podemos pensar en un compromiso global para cuidar nuestro planeta. Lo veo en los jóvenes, como mi hijo Moisés, quienes tienen un convencimiento absoluto de que el camino para revertir el calentamiento global pasa por acciones inmediatas y cotidianas, como plantar un árbol, clasificar y reciclar los residuos y difundir que este planeta es el único hogar que tenemos y que si no lo cuidamos atentamos contra la vida de todos.
-¿Entonces los jóvenes son nuestra esperanza?
-Ellos tienen mucho para enseñar a los adultos, porque tienen conciencia ambiental a través de una educación de calidad y con un enfoque que muchos de quienes pintan canas en sus cabezas, no pudieron acceder. Los jóvenes son los que presionan a quienes tienen la decisión política de dar señales de cambio y adaptación. No hay tiempo para demoras, el cambio climático es una realidad que debemos revertir con valores, educación, deporte, igualdad de oportunidades, pero, por sobre todas las cosas con algo que está faltando en el pleno sentido de la palabra, humanidad.
Fuente: Diario Cuarto Poder