El mundo de los tabacaleros en alerta por el regreso de «Los infumables»

El universo de los tabacaleros es como una cofradía que se rige por códigos que le son propios. Como contracara de los esforzados y laboriosos pequeños y medianos agricultores que generación tras generación tienen a este cultivo enraizado en sus genes, para unos pocos -el «juego»- pasa por repartir las barajas, no por embarrarse las botas en el surco.

Estos cuasi dirigentes, cuasi piqueteros, cuasi productores, es lo que para el trabajador de sol a sol y que lidia con las inclemencias climáticas y las pestes, constituye el «grupo de los infumables«.

La historia del cultivo y posterior industrialización del tabaco en Tucumán, está formada en gran medida por el trabajo mancomunado de medianos y pequeños productores. La historia que hoy vamos a desandar comienza a forjarse a partir del año 1979, cuando un grupo de productores de tabaco se reunieron bajo la necesidad de formar una asociación que los nucleara dentro de la Ley Nº 19800, que comenzó a regir todas las actividades tabacaleras del país desde el 1 de enero de 1973.
El sector tabacalero es una de las pocas actividades agropecuarias que tiene un Fondo Nacional que se reintegra a los productores. Este Fondo es aportado por las grandes tabacaleras que fabrican cigarrillos. El mismo es recaudado por el Ministerio de Agricultura de la Nación y se baja a las provincias tabacaleras según su unidad de ejecución. En el caso de la Provincia de Tucumán el órgano que administra dicho fondo es la Dirección de Agricultura de la Provincia, mediante su División Tabaco.
A su vez existe una Unidad Ejecutora integrada por el Gobierno Provincial, la COPAT y tres asociaciones del sector, no así, gremios. Esta Unidad es la que aprueba o no y de qué forma el Fondo Especial del Tabaco; es la que garantiza también el crecimiento productivo y la calidad del producto.
En el año 2017 un grupo de ex dirigentes del sector como así también ex administrador de COPAT y los «productores independientes» que no están asociados a ninguna de las tres asociaciones, en connivencia con funcionarios del entonces gobierno de Cambiemos, quisieron intervenir la COPAT, aduciendo un mal desempeño de su CEO , Luis Umana, quien estuvo a cargo de la misma durante 10 años. La visión de el sector opositor a Umana, es la que se siente más cómoda manejando los hilos y distribuyendo la toma de decisiones entre socios y amigos. Cuanto más pocos, mejor, cuando más caos, mejor…
Cada vez que al sector de «los infumables» les tocó conducir la COPAT, la misma quedó en quebranto , dejando al sector inmerso en una crisis tras otra y empobreciendo a los más débiles mientras se llenaban los bolsillos de propios y amigos. Por lo contrario, tras el arribo de Luis Humana y durante toda su gestión, se puede destacar que se triplicó el procesamiento de tabaco, se logró el ansiado ordenamiento institucional, se adquirió una prensa y maquinaria para modernizar la industria de la Cooperativa y poder así competir con las grandes corporaciones.
En 2017 gracias al amparo de la justicia y contrariamente al intento de intervención por parte de los «infumables«, Luis Umana, respaldado por la mayoría de los tabacaleros de pura cepa, logró continuar como CEO de COPAT, hasta que se realicen nuevas elecciones.
Los «infumables» no lograron destronar a Humana en 2017, pero su accionar tuvo graves consecuencias para esta entidad ya que a partir de ese momento la COPAT no pudo calificar hasta el día de la fecha en créditos de capital de trabajo, algo necesario para comenzar cada campaña de acopio. Si no se puede por las buenas, hay que trabajar bajo la premisa de tierra arrasada, pareció ser el lema de los «infumables«.
El pasado viernes 19 de Febrero, harto de los aprietes, amenazas, cortes de ruta inconducentes y tomas de cooperativas con fines netamente políticos; el CEO de COPAT, Luis Umana, dijo basta y renunció.

Esta estrategia de destruir la Cooperativa tiene nombre y apellido, en algunos casos con fines claros de buscar una rentabilidad económica productiva y en otros casos fines políticos para poder a través de la Cooperativa financiar campañas políticas.

Los señalados como integrantes del grupo de «los infumables«, tienen prontu…, currículums frondosos en la actividad tabacalera.

Son los mismos de siempre que ocultos en un perfil productivo solo quieren vivir del empobrecimiento de los pequeños productores.

Jorge Araoz: multidenunciado ex dirigente de COPAT que llevó a la cooperativa a un quebranto histórico.

Guillermo Tuma: productor con intereses políticos manifiestos.

Marcos Garvich: Compadre del Diputado Jose Cano, no productor y actúa como «mano de obra» y piquetero de Cano.

A este grupo se les sumó también, la Cámara de Tabacaleros, la cual de las tres asociaciones, es la que menor número de afiliados tiene y su presidente hoy Susana Migles (a quién ya nos referimos en una nota desde El Diario en TucumánVER NOTA-) quien basa su gestión en agresiones y una permanente persecución física por medio de su marido, «El Malevo» Carrazana.

¿Estará el Sector Tabacalero al borde de un quiebre más en su historia?  La COPAT no tiene margen de error, una falla durante la gestión en 2021, dejaría a la misma sin activos, ni capital de trabajo, salvándose solo unos cuantos productores de mayor escala y dejando a más de 700 pequeños productores en la pobreza total.