La prolífica comunidad de los devotos que rinden culto a San La Muerte esta compuesta por presidiarios, ladrones, prostitutas y empresarios.
El mayor santuario a esta “cumplidora” deidad popular se levantó hace casi dos años a la vera de la nueva traza de la ruta 9, en los lindes del gran San Miguel de Tucumán. Los cuidadores del oratorio sostienen que hasta Ema Gómez, condenada en 2011 por ser considerada cómplice del homicidio del juez de Menores Héctor Agustín Aráoz, y Rubén “La Chancha” Ale, que permanece detenido por una causa federal en la que se lo investiga por lavado de activos y asociación ilícita, fueron alguna vez a pedirle favores al mítico monje santo que murió preso en un convento.
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Kilómetro 1.286 de la ruta 9. Un camino lindado por fábricas y depósitos que desemboca en una rotonda que distribuye el tránsito en el cruce con la ruta 306. A 50 metros de ahí, se erige una pequeña construcción pintada de negro que alberga el santuario en honor a San La Muerte.