Asistencialismo humillante. Un candidato en Yerba Buena, somete a sesiones de fotos a quienes reciben sus «dádivas»

«Que produce enfado o rechazo por injusto u ofensivo contra la dignidad o autoestima«. Así define un diccionario a la palabra «indignante«. Es justamente a esa indignidad a la que se está sometiendo a gente con necesidades básicas insatisfechas en Yerba Buena.

Al actual concejal y candidato a la intendencia de Yerba Buena, Walter «Kabuby» Aráoz llevó a cabo una verdadera «maratón clientelar«, según muestra él mismo en su página oficial de Facebook.

 

El candidato que teóricamente representa a la lista «oficial» del PJ en Yerba Buena y que a su vez mantiene una férrea alianza con el actual intendente Mariano Campero; repartió sillas, mesas, chapas, colchones, camas, sábanas, cubrecamas, etc. Tuvo además la patética e inmoral idea de someter a sus agradecidos y necesitados beneficiarios, a sesiones fotográficas recibiendo dichas «donaciones«. No se le ocurrió siquiera pixelar sus rostros, tal como lo hizo El Diario en Tucumán.

La amoralidad de una acción indica que quien la comete, desconoce o no toma conciencia de la inmoralidad de su acto. Básicamente carece de sentido de lo que es moralmente reprochable; la acción demuestra por sí misma un resabio de impunidad por parte del funcionario. Es esto y no otra cosa lo que pareció regir la conducta de este candidato al publicar una veintena de fotografías en su página de Facebook con personas recibiendo con alegría aquello que «él« les da… No el Estado sino «él», con dinero de los contribuyentes y en plena campaña electoral.

¿Es acaso que estas personas con sus hijos, que expone el funcionario en fotos, no requerían de una cama, un colchón digno en donde dormir; unas sillas para sentarse a intentar poner un plato digno en una mesa, hace un mes, seis meses, un año o dos? ¡No, tenía que ser veinte días antes e las elecciones!. Seguramente el concejal carece de valoración sobre lo que significa fotografiar, cosificar y exponer a hombres, mujeres y niños, intentando mostrarse como «alguien que está cerca de la gente« (dicho con que se suele justificar estas acciones).

 

¿Política de Estado o clientelismo obsceno?

El área de la Secretaría de Política Social del municipio cuya titular, Soledad Gettas, es candidata a concejal por la lista oficial del intendente Mariano Campero, tuvo sus quince días de fama cuando estalló el escándalo por el DNU que adjudicaba de forma directa una obra en el barrio San Expedito por el monto de $4.500.000. De ahí en más, no se le conoce logro alguno en la gestión y pareciera estar «ausente sin aviso» mientras por Yerba Buena se produce el traslado en las narices de los vecinos, de mercadería, muebles, colchones y electrodomésticos.

Recientemente publicamos en una de nuestras notas, imágenes del actual concejal Javier Jantus cargando en su camioneta particular un par de colchones y camas desde un depósito clandestino y sin nada que lo distinga como una oficina del Estado Municipal (alquilado por el intendente Mariano Campero, según sus propios dueños) ubicado en calle Santo Domingo al 100 en Yerba Buena.

 

El concejal Jantus, en la actualidad candidato del PRO a legislador por la sección Oeste, justificó su accionar en ese entonces con el argumento de que, «el área social del municipio no contaba con móviles ese día, por lo que él (como tantas otras veces) puso su propia camioneta a disposición, para llevar los mismos a su destinatario».

La redacción de este medio se comunicó con el concejal del PRO y le consultó: Concejal. ¿Cómo podemos hacer para diferenciar su accionar con aquel que usted permanentemente denuncia y reprocha como conductas clientelares propias de otros partidos? El funcionario quedó mudo ante la pregunta.

Es que «por más que la mona se vista de seda, mona se queda«, como dice el dicho. Así vemos que en épocas preelectorales, la dádiva constituye el común denominador entre la «vieja política» y la «nueva política«, si es que esto último existe.

Tanto los colchones y camas que entregó el concejal del mismo espacio político de Mariano Campero; como los muebles, camas y colchones con que el concejal Aráoz (PJ), hace posar para las fotos indignantes, son abastecidas desde los mismos depósitos.

 

El Diario en Tucumán mostró en sendas notas, el verdadero acarreo que se produjo de manera masiva durante los útimos diez días del mes de Abril, hasta vaciar literalmente el depósito clandestino de calle Santo Domingo al 100. En esos días de duro trajín, los camiones y camionetas con logo oficial de la Municipalidad de Yerba Buena y también de conocidos dirigentes aliados a Campero, trasladaron todo tipo de muebles, colchones y electrodomésticos; hasta abarrotar el depósito ubicado en calle Pringles al 2000. A ciento cincuenta metros de la sede municipal.

Está claro que desde la Municipalidad de Yerba Buena, Soledad Guettas (Secretaria del área social) no realizó un censo ni una evaluación sociológica que permita establecer políticas de estado en cuanto a lo que se refiere a brindar asistencia a personas con escasos recursos. De haber sido así, no tendríamos que asistir a este verdadero festival clientelar, realizado tanto por un concejal integrante de Cambiemos, como por un concejal del PJ.

El galpón de calle Pringles al 2000, reboza de camas, colchones, frazadas, sillas, mesas, electrodomésticos y hasta máquinas de coser. ¿Alguien tomará cartas en el asunto?

El intendente Mariano Campero, no puede desconocer estos acarreos de muebles que se dieron a la luz del día (uno de los videos fue grabado por la producción de nuestro diario a hs. 11.00 de un día Martes. Tampoco puede desconocer que su «rival» en la lucha por la intendencia «Kabuby» Aráoz (PJ), recorre su municipio como si fuera «Papá Noel«.
¿No sería lógico esperar que el intendente de distinto signo político, denunciase este accionar clientelar?

Tal vez como especulan referentes peronistas del municipio de Yerba Buena, Aráoz no es más que la mano ejecutora del clientelismo que Campero no desea que se visualice como propia. Al fin y al cabo, la alianza que desde El Diario en Tucumán denominamos  «Kambiemos«, goza de muy buena salud.

La TV tucumana hasta ahora obvió el tema, el «gran medio multi plataforma» más grande de la provincia no posa su ojo tuerto en Yerba Buena. No se habla del tema en las radios, la justicia no pregunta y los funcionarios callan (todo mientras las pruebas inundan las redes sociales). Ningún candidato a la intendencia tomó hasta ahora acción alguna para que se abra el famoso portón blanco de Pringles al 2000 y se explique qué es lo que contiene y cuál es el destino de los que allí se acumula.

Se esperan días fríos con el comienzo del invierno, sin embargo muchos necesitados, deberán esperar que se aproxime el 9 de Junio para que «Los Reyes Magos» decidan acudir a visibilizar y subsanar en parte lo que no se hizo en casi cuatro años de gestión. Eso sí, la «pruebita de amor mediante el voto«, será una condición necesaria.

En Yerba Buena, «billetera mata a galán», «clientelismo mata proyectos» y hasta el momento, nadie se atreve a «ponerle el cascabel al gato«.